La Feliz sigue siendo el objeto de deseo nacional en materia de escapadas en cada feriado. Durante el último fin de semana, la ciudad bonaerense de Mar del Plata volvió a posicionarse como el destino más elegido de Argentina con un perfil de visitante que planificó su viaje con anticipación y optó mayoritariamente por alojamientos particulares.

Tras dos años de recuperación sostenida, el sector hotelero de Colombia volvió a mostrar señales de alerta. Entre enero y agosto de 2025, la ocupación promedio cayó al 52,1 %, un punto menos que en el mismo período del año anterior según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). La baja, aunque leve, confirma una tendencia descendente vinculada al auge de los alojamientos informales, el aumento de costos operativos y la desaceleración del turismo internacional.

Buenas noticias por partida doble porque hubo menos contaminación y más ingresos de divisas. La industria global de los viajes y el turismo alcanzó el año pasado un desempeño histórico porque superó los niveles económicos de la prepandemia de Covid-19 y, al mismo tiempo, redujo un 9,3% sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Con miras a la temporada de verano, el gobierno argentino implementó una serie de medidas que impulsarán el turismo local y desalentarán la salida de divisas. Las autoridades nacionales proyectan una reducción de los viajes de argentinos al exterior sumado a un crecimiento del movimiento interno en el trimestre de diciembre a fines de febrero próximo.

El balneario número uno de Uruguay disfruta una temporada adelantada con niveles de reserva tan altos que son solo comparables a las estadísticas previas a la pandemia de Covid. A tres semanas del inicio del verano, la ciudad de Punta del Este ya muestra una ocupación casi total en el segmento premium gracias a un tipo de cambio más favorable, la estabilidad del dólar y un pico de recuperación de ingresos en Argentina.


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