La reciente inauguración del nuevo acceso a Hiroki permitió integrar definitivamente esta reserva natural a la trama urbana. El proyecto incluyó una calle pavimentada de cinco cuadras y un estacionamiento con capacidad para cien vehículos, mejorando la accesibilidad y garantizando el cuidado de un entorno único.
La península se convirtió en un punto de atracción para visitantes y locales: allí anidan aves migratorias que cruzan continentes y se conserva vegetación autóctona que acompaña la historia de la ciudad desde su fundación. Además, guías turísticos municipales brindan información ambiental, biológica e histórica, enriqueciendo la experiencia de quienes recorren el lugar.
El Paseo de la Costa consolidó la revitalización de los ríos como parte central del desarrollo urbano. En la confluencia, donde se unen las aguas verdes azuladas del Limay con las marrones del Neuquén, nace el río Negro en un escenario natural que hoy es uno de los principales atractivos de la capital.

La estrategia de destinar recursos municipales a obras de infraestructura y servicios turísticos permitió no solo jerarquizar los espacios verdes, sino también generar nuevas oportunidades para el empleo y la actividad económica vinculada al sector.
Según afirmaciones coincidentes de las autoridades locales, la ciudad de Neuquén apuesta a que la “economía turística llegó para quedarse”. Con inversiones sostenidas, la capital provincial fortalece su perfil como destino que combina naturaleza, historia y modernidad, ofreciendo a visitantes y residentes espacios de recreación y disfrute en contacto directo con el río y el paisaje patagónico.
Neuquén busca posicionarse como un destino competitivo, sostenible y diversificado, que revaloriza su identidad local y apuesta al turismo como generador de empleo y motor económico. La sanción definitiva de la ley marcará un nuevo capítulo en la planificación turística provincial, con foco en la innovación, el arraigo y la calidad de la experiencia.



















 
            
            
