Los argentinos lideraron el ranking con más de 1,75 millones de llegadas, seguidos por bolivianos y brasileños, con 251.000 cada uno. Estos números consolidan a la región como el principal mercado emisor de turistas hacia el país vecino.
La subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo, sostuvo que este dinamismo confirma al turismo como un motor económico para Chile, al tiempo que destacó la importancia de fortalecer la sostenibilidad, diversificar la oferta y ampliar la conectividad.
En la misma línea, Cristóbal Benítez, representante del sector turístico, afirmó que las estadísticas se encuentran en sintonía con la meta de 5,7 millones de visitantes proyectada para 2025, reafirmando el atractivo del país como un destino competitivo y confiable en la región.
El turismo de compras argentino hacia Chile representa -desde mediados de septiembre de 2024- un fenómeno económico más que importante para el comercio trasandino que fue generado por las diferencias de precios y regulaciones entre ambos países sudamericanos. Sin embargo, la eliminación de aranceles que se produjo en la Argentina para los productos tecnológicos apunta a disminuir esa brecha e impactaría directamente en el flujo de turistas compradores ya que disminuirían considerablemente las ventajas económicas actuales.
Las cámaras de comercio chilenas están en estado de alerta y comenzaron a diseñar un plan de acción para mantener el interés de los visitantes argentinos,. Esto abarca desde la oferta comercial hasta una propuesta integral que combina experiencias culturales, gastronómicas y naturales. Esta diversificación se plantea como clave para sostener la atracción turística a largo plazo.
Según datos oficiales del Servicio Nacional de Turismo de Chile (Sernatur), cuatro de cada diez visitantes extranjeros en el país trasandino son argentinos. Esta dato exhibe un crecimiento del 60% respecto al mismo periodo de 2023.
En octubre, la cifra de turistas argentinos alcanzó los 195.041 visitantes que representó un aumento del 108,8 % comparado con octubre de 2023. Atraídos por la favorable brecha cambiaria entre la moneda de ambos países, los argentinos aprovechan la oportunidad para adquirir productos electrónicos, ropa y artículos para el hogar a precios significativamente más bajos que en su ciudad de origen.