Con esta maniobra, los residentes locales lograron que la aplicación de navegación redirigiera a los visitantes hacia otras zonas, aliviando la presión sobre su comunidad durante los fines de semana.
El turismo masivo convirtió en un problema cotidiano algo que antes parecía simple: estacionar en la propia calle. Según relató la prensa local, las avalanchas de autos hacían imposible la vida diaria de los residentes, quienes decidieron organizarse para utilizar las funciones de la app de manera coordinada. La estrategia surtió efecto aunque también generó polémica al trasladar el caos de vehículos hacia barrios adyacentes.
El concejal Gert-Jan Bluijs criticó públicamente esta medida y aseguró que las autoridades gubernamentales locales debe buscar soluciones de fondo. Mientras tanto, el municipio colocó carteles en la entrada del pueblo para pedir a los visitantes que desactiven Google Maps al ingresar. Los vecinos, por su parte, se defienden afirmando que se trata de una acción pacífica y limitada solo a los días de mayor afluencia.
No es la primera vez que en Europa se recurre a tácticas digitales para evitar la saturación turística. En Holanda ya hubo reportes similares cerca de los jardines de tulipanes Keukenhof, y en Barcelona se eliminó de Google Maps una línea de autobús para evitar que los turistas colapsaran el transporte público. En ambos casos, el alivio en un área provocó congestión en otra.
El episodio de Parkbuurt pone en evidencia el dilema creciente de las comunidades pequeñas frente al turismo masivo y el rol que juegan las aplicaciones de navegación. Lo que para los vecinos es un acto de resistencia para preservar su vida cotidiana, para las autoridades se transforma en un nuevo desafío de planificación urbana y gestión turística.
Por iniciativa gubernamental, el aeropuerto Schiphol de la ciudad de Ámsterdam limitó la cantidad de vuelos diarios permitidos para garantizar la tranquilidad de los residentes locales ya que, desde noviembre de 2023, no se podrá superar un tope de 440.000 vuelos anuales para reducir los ruidos molestos producidos por los aviones.
Ícono cultural e histórico de Países Bajos, la ciudad de Ámsterdam fue elegida como la mejor capital europea para visitar como turista debido a que brinda los mayores niveles de seguridad, hospitalidad, dominio del idioma inglés no nativo y relación precio calidad en los productos y servicios locales, especialmente, en hotelería y gastronomía.