Según un informe de Ladevi Argentina, proliferan resorts ficticios en el Caribe, playas paradisíacas irreales y trenes panorámicos que nunca existieron, todos creados con IA y promocionados por cuentas en redes sociales, incluso por influencers. El problema se agrava porque muchos turistas organizan sus viajes basándose en estos contenidos y realizan reservas sobre expectativas que luego se frustran al llegar a destino.
Casos recientes incluyen departamentos en París o Barcelona que nunca estuvieron disponibles para turismo y un teleférico idílico en Perak, Malasia, promocionado en un video donde incluso el “reportero” era un avatar generado por IA. También se viralizó un supuesto tren de lujo entre Roma y Venecia con vistas irreales, reproducido millones de veces antes de ser desmentido.
Esta manipulación digital no solo genera pérdidas económicas y decepción en los viajeros, sino que afecta la reputación de agencias y operadores legítimos, debilitando la confianza en el mercado. Los expertos advierten que sin controles más estrictos, este tipo de engaños seguirá expandiéndose y profesionalizándose.
Entre las medidas sugeridas figuran el etiquetado obligatorio del contenido generado con IA, la certificación visual de fotos y videos en agencias y plataformas de reservas, y programas de educación digital para que los usuarios aprendan a detectar señales de manipulación, como cielos excesivamente uniformes o detalles arquitectónicos incoherentes.
Paradójicamente, las mismas herramientas que crean deepfakes podrían usarse para detectarlas y bloquear campañas fraudulentas. De esa forma, la tecnología dejaría de ser un riesgo para convertirse en un aliado para la seguridad y la transparencia en el turismo.
Entre las tendencias claves previstas para la próxima década, la Inteligencia Artificial señaló un aumento del turismo sostenible con prácticas regenerativas en destinos, así como el auge de las experiencias inmersivas basadas en realidad aumentada y metaverso —permitiendo a los viajeros explorar virtualmente antes de decidir—. También destaca la movilidad inteligente con transporte eléctrico y autónomo que facilitará el acceso a lugares remotos.
Las aplicaciones inteligentes ofrecerán recorridos personalizados ajustados a los intereses y comportamientos individuales, potenciando un turismo a medida, mientras que el sector wellness crecerá con mayor demanda de actividades que promueven la salud integral, completa la visión tecnológica y humana del futuro vacacional.
Para los profesionales argentinos del turismo, este panorama es un llamado a seguir innovando, incorporando tecnología y sustentabilidad como ejes estratégicos. Estar abiertos a estos cambios permitirá posicionar destinos y servicios competitivos en un mercado global cada vez más exigente, reafirmando el compromiso de la industria para entregar experiencias memorables, responsables y adaptadas a las nuevas generaciones.