Entre Ríos se consolida como una de las provincias más activas del turismo argentino y, más allá de sus clásicos como Colón, Federación o Gualeguaychú, surgen nuevos sitios que ganan protagonismo por su identidad local, tranquilidad y experiencias sostenibles. Los destinos emergentes entrerrianos combinan termas, naturaleza, gastronomía y cultura rural, atrayendo cada vez más visitantes que buscan descanso sin masividad.
En el centro de la provincia, Villa Elisa se transformó en un modelo de turismo planificado. Su complejo termal, rodeado de naturaleza y con opciones de spa, hotelería boutique y cabañas, se complementa con propuestas de enoturismo y agroturismo. A pocos kilómetros, el Pueblo Liebig ofrece una postal detenida en el tiempo: antiguas construcciones del frigorífico inglés, un museo comunitario y un entorno de río que invita a la contemplación.
Más al norte, San José de Feliciano se posiciona como un destino emergente para los amantes del turismo de naturaleza. Rodeada por montes nativos, esteros y lagunas, la ciudad impulsa circuitos de senderismo y avistaje de aves en la Reserva Chañar, junto con cabalgatas y paseos en kayak por el arroyo Feliciano. El crecimiento de alojamientos rurales y emprendimientos familiares de producción artesanal refuerza el perfil sustentable del lugar.
En el corredor del Uruguay, Villa Paranacito se destaca por su oferta náutica y su estilo de vida isleño. Paseos en lancha, pesca deportiva y navegación por los brazos del delta atraen a quienes buscan una experiencia cercana al agua, a menos de tres horas de Buenos Aires.
A su vez, Alcaraz y María Grande potencian su identidad termal con complejos en expansión, sumando piscinas cubiertas, espacios gastronómicos y actividades de bienestar.

El turismo rural también se consolida en Nogoyá, Rosario del Tala y Lucas González, donde estancias y posadas proponen convivir con las tareas del campo, degustar productos regionales y conocer las tradiciones del Litoral profundo. Estos pueblos, antes poco visitados, hoy integran el mapa de escapadas cortas gracias a la mejora en la conectividad vial y a la creciente promoción provincial.
De acuerdo con el Observatorio Turístico de Entre Ríos, los destinos emergentes representan ya el 25% del flujo total de visitantes, con un crecimiento sostenido del turismo interno. La tendencia responde a viajeros que buscan autenticidad, contacto con la naturaleza y hospitalidad local, en un contexto de mayor conciencia ambiental y de consumo responsable.
Con sus ríos, termas y pueblos de ritmo calmo, Entre Ríos reafirma su potencial como provincia turística integral, donde cada rincón ofrece una historia y un paisaje por descubrir. Lejos del turismo masivo, estos destinos emergentes se abren paso como nuevas joyas del litoral argentino, ideales para quienes desean viajar distinto y volver renovados.
Con una oferta que abarca desde circuitos históricos hasta propuestas de relax y aventura, Entre Ríos sigue posicionándose como un destino turístico destacado en la Argentina. El desafío para los próximos años será mantener este crecimiento sostenible y adaptarse a las nuevas demandas del mercado turístico.










