Los datos oficiales confirman que el turismo representó cerca del 13 % del PIB húngaro en 2024, con ingresos por alojamiento de 1.050 mil millones de forintos y por gastronomía de 2.005 mil millones de forintos. En el primer semestre de 2025, las pernoctaciones totalizaron 18,9 millones, con un aumento interanual del 8 %.
Budapest fue el motor del crecimiento, con un incremento del 31 % en visitantes extranjeros en enero, mientras que Lake Balaton atrajo un 32 % más de turistas internacionales. El fenómeno se extendió al interior: destinos termales como Hévíz, Sárvár y Bük consolidaron su lugar en el turismo de bienestar, y regiones vinícolas como Tokaj captaron viajeros interesados en experiencias auténticas.
En junio de 2025, Hungría recibió 1,9 millones de huéspedes, que generaron 4,4 millones de pernoctaciones, un 5,1 % más que en 2024. El crecimiento superó la media de la Unión Europea y colocó al país entre los líderes regionales en aumento de pernoctaciones.

El turismo doméstico también se fortaleció: 2,4 millones de húngaros viajaron dentro del país en los primeros cinco meses del año, un 6 % más que en 2024. Esta tendencia se explica por campañas de promoción nacional y la revalorización del patrimonio histórico y natural.
Durante el verano de 2025, las reservas hacia Hungría crecieron un 143 % respecto al año anterior, un salto que lo colocó entre los destinos de mayor expansión en la región, junto con Eslovenia y Croacia.
Con estas cifras, la agencia nacional de turismo proyecta alcanzar en 2030 los 20 millones de visitantes y 50 millones de pernoctaciones, además de elevar la participación del turismo en el PIB hasta el 16 %. Dada la velocidad actual del crecimiento, los analistas señalan que estas metas podrían cumplirse antes de lo previsto.
Hungría se consolidó así como un destino emergente con proyección internacional, que combina modernización de infraestructura, diversificación territorial y una fuerte apuesta por la sostenibilidad. Historia, cultura, gastronomía y naturaleza se conjugan para posicionar al país como uno de los grandes atractivos del Viejo Continente en los próximos años.
Explorar estos destinos emergentes permite disfrutar de la riqueza cultural de Europa sin comprometer el bolsillo. Con menos afluencia turística y precios más accesibles, estas ciudades son perfectas para quienes buscan nuevas experiencias en el continente.
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