En el primer puesto se ubica Buenos Aires, la capital cosmopolita que combina historia, arte y vida nocturna con una infraestructura turística de nivel internacional. Sus barrios tradicionales, como San Telmo y La Boca, conviven con polos culturales modernos, una gastronomía de vanguardia y una intensa agenda de espectáculos. La ciudad también lidera en eventos deportivos y ferias internacionales, lo que refuerza su posición como puerta de entrada al país.

El segundo lugar lo ocupa San Carlos de Bariloche, en Río Negro, uno de los destinos más emblemáticos del sur argentino. Rodeada por el lago Nahuel Huapi y la Cordillera de los Andes, ofrece un entorno natural incomparable para el senderismo, la navegación y los deportes de invierno. Además, su reconocida tradición chocolatera y su creciente oferta gastronómica la convirtieron en un punto de encuentro entre turismo de aventura y relax.

El tercer puesto corresponde a Mendoza, capital del vino argentino y referente mundial del enoturismo. Las visitas a viñedos y bodegas de altura atraen cada año a miles de extranjeros, especialmente de Estados Unidos, Brasil y Europa. La provincia también se destaca por sus paisajes andinos, su oferta de turismo activo —como rafting o trekking en el Aconcagua— y su desarrollo sustentable en torno a la producción vitivinícola.

En el cuarto lugar aparece Ushuaia, la ciudad más austral del planeta, que despierta un interés particular entre los visitantes extranjeros. Situada en Tierra del Fuego, combina naturaleza extrema, experiencias únicas y una conexión directa con la Antártida.

Su icónico Tren del Fin del Mundo, las navegaciones por el Canal Beagle y el esquí en el Cerro Castor la posicionan como una joya del turismo internacional.

Finalmente, Córdoba completa el top 5 con una propuesta que integra historia, cultura y paisajes serranos. La Manzana Jesuítica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y localidades como Villa General Belgrano, La Cumbrecita o Carlos Paz consolidan a la provincia como un destino versátil, ideal tanto para escapadas culturales como para el turismo de naturaleza.

El estudio también reveló que, mientras los extranjeros se sienten atraídos por los contrastes geográficos y culturales del país, los argentinos priorizan destinos costeros como Mar del Plata, reflejando una diferencia de hábitos que enriquece la diversidad turística nacional.