El turismo fluvial argentino ofrece naturaleza, cultura y sustentabilidad
Jueves, 04 Diciembre 2025 14:30

El turismo fluvial argentino ofrece naturaleza, cultura y sustentabilidad Foto: Aventura Experiencias Bermejo

Con más de 5.000 kilómetros de ríos navegables, Argentina vive un crecimiento sostenido del turismo fluvial, una modalidad que combina naturaleza, cultura y sustentabilidad. Desde los cruceros del Delta del Paraná hasta las excursiones por el río Uruguay y el Bermejo, esta actividad se afianza como una nueva forma de descubrir el país desde el agua, impulsando la economía local y la preservación ambiental.

El auge se explica por la diversificación de la oferta náutica y la recuperación de embarcaciones turísticas que habían quedado inactivas durante la pandemia. El litoral argentino, la Patagonia andina y el norte subtropical concentran los principales circuitos, en los que participan tanto operadores privados como organismos provinciales que promueven rutas turísticas sostenibles.

En la región del Delta del Paraná, el turismo fluvial se consolida como emblema del ecoturismo bonaerense. Tigre, San Fernando y Campana ofrecen paseos diarios en catamarán, hospedajes sobre pilotes y experiencias gastronómicas en islas que combinan descanso y contacto con la naturaleza. La cercanía a Buenos Aires convierte al Delta en la puerta de entrada más accesible para el turismo de río, con alta demanda durante todo el año.

En la Mesopotamia, los ríos Paraná y Uruguay son protagonistas de travesías en kayak, cruceros y excursiones de pesca deportiva que atraen tanto a viajeros nacionales como extranjeros. Entre Ríos, Corrientes y Misiones desarrollan programas de turismo fluvial sostenible, con embarcaciones de bajo impacto y guías locales capacitados en conservación y seguridad náutica.

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Más al norte, el río Bermejo se incorpora al mapa del turismo aventura con travesías controladas en balsas y canoas. En la Patagonia, los lagos interconectados de Bariloche, Villa La Angostura y Esquel ofrecen circuitos lacustres que integran navegación con senderismo y visitas a parques nacionales. El clásico cruce Andino entre Argentina y Chile sigue siendo una de las experiencias fluviales más reconocidas de Sudamérica.

El Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación promueve la creación de corredores náuticos sustentables en coordinación con Prefectura Naval y las provincias ribereñas, priorizando la seguridad, el cuidado ambiental y la educación turística. Esta estrategia busca potenciar el empleo local en comunidades costeras e incentivar la inversión privada en infraestructura portuaria, marinas y embarcaderos.

El turismo fluvial también se convierte en un vehículo de integración regional, al conectar circuitos de la hidrovía Paraguay-Paraná con los destinos turísticos del Mercosur. Cruceros fluviales de pequeño porte comienzan a ofrecer itinerarios que unen Rosario, Corrientes, Asunción y Montevideo, generando una red de turismo de naturaleza y cultura a escala continental.

Con un potencial aún en expansión, el turismo fluvial argentino combina sustentabilidad, conectividad y desarrollo local, posicionándose como una de las apuestas más innovadoras del país para los próximos años. Navegar los ríos se volvió una nueva forma de viajar, donde el paisaje y el silencio del agua definen el ritmo del viaje y la esencia del destino.

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