En un cambio sin precedentes en su política turística, Cuba autorizó a cadenas internacionales a operar íntegramente sus hoteles, buscando revertir la fuerte caída del sector. A partir del 1 de enero de 2026, la mallorquina Iberostar se convertirá en la primera compañía extranjera en gestionar de forma total un establecimiento: el Iberostar Origin Laguna Azul en Varadero.
Hasta ahora, los hoteles cubanos eran gestionados por estructuras estatales bajo el consorcio militar Gaesa, mientras las cadenas occidentales solo aportaban marca, comercialización y asesoramiento operativo. El nuevo esquema supone un cambio de modelo sin precedentes, ya que permitirá a las empresas extranjeras definir estándares de servicio, estructura administrativa y gestión completa del negocio.
La medida llega tras un colapso del 50% en el volumen de visitantes desde 2018 y una caída del 30% solo en lo que va de 2025, cifras que reflejan la pérdida de competitividad del destino caribeño frente a otros polos turísticos del Caribe y Centroamérica.
Como reconocen las propias autoridades cubanas que dispusieron esta medida, el deterioro de la infraestructura, los frecuentes cortes de energía, la escasez de insumos básicos y la baja calidad del servicio han sido señalados como los principales factores de la crisis.

La familia Fluxá, propietaria de Iberostar, ya posee una de las mayores presencias hoteleras en la isla junto a Meliá, que también evalúa expandir su participación bajo este nuevo modelo de alquiler integral. En cambio, Barceló mantiene una presencia más acotada y otras cadenas como Riu aún no operan en territorio cubano.
Con esta apertura parcial, el gobierno busca atraer inversión extranjera directa, mejorar los estándares internacionales y recuperar la confianza del turismo europeo y canadiense, que durante décadas fueron el motor del sector. Sin embargo, el contexto sigue siendo adverso: la economía enfrenta problemas estructurales, desabastecimiento y un complejo panorama social que podría limitar el impacto inmediato de la medida.
El Iberostar Origin Laguna Azul será así un caso testigo para medir la viabilidad de un nuevo modelo de gestión turística mixta en Cuba, donde por primera vez una empresa extranjera tendrá el control total de la operación. Si los resultados son positivos, otras cadenas podrían seguir el mismo camino y abrir una nueva etapa para la industria turística cubana, que busca reinventarse para sobrevivir.
El turismo es la segunda mayor fuente de ingresos al producto bruto interno (PBI) cubano y la segunda mayor fuente de divisa extranjera por detrás de la exportación de servicios profesionales, en su mayoría, del rubro de la medicina y la salud.










