Este modelo asiático combina agricultura, procesamiento y alojamiento familiar, multiplicando los ingresos locales, impulsando trabajo genuino y generando nuevas oportunidades para los residentes locales.
El proyecto comenzó en 2009 con cinco agricultores pioneros, después de que los líderes locales evaluaran el potencial de la lavanda en la zona. Hoy, el pueblo cuenta con 62 posadas familiares y una cadena productiva que integra el cultivo, el procesamiento y la oferta de servicios turísticos.
Según Nigaran Abdunabi, director del Centro de Desarrollo Rural de la Aldea Sigong, la decisión de apostar por la lavanda respondió a un desafío ambiental. “El suelo era poco profundo y lleno de rocas, lo que reducía el rendimiento agrícola. Con la lavanda encontramos una alternativa que permitió diversificar la economía”, explicó.
El impulso definitivo llegó en 2019, cuando una joven emprendedora invirtió 600.000 yuanes en la primera casa de huéspedes familiar. En solo tres meses recuperó su inversión, lo que inspiró a otros pobladores y atrajo inversores externos, multiplicando las unidades de alojamiento en la aldea.

Para Wang Haipeng, fundador del Centro de Estudios y Experiencias Fuxiang, el turismo permitió la integración de los sectores primario, secundario y terciario de la economía local. “Cada vez más personas conocen la lavanda y vienen a comprar los productos de nuestra aldea”, señaló.
El modelo no se limita al valor paisajístico de los campos en flor. Incluye la producción de aceites esenciales, inciensos y derivados, además de experiencias educativas donde los visitantes participan en la cosecha y el procesamiento de la lavanda.
Actualmente, el turismo comunitario en Sigong ofrece alojamiento y gastronomía gestionados por familias rurales, fortaleciendo el arraigo local y la distribución de beneficios. El enfoque busca que la lavanda deje de ser un artículo de lujo y se convierta en un producto cotidiano, asociado a una identidad cultural compartida.
Con esta estrategia, Sigong demostró cómo una comunidad rural puede reinventar su economía aprovechando un recurso natural y vinculándolo con el turismo sostenible, generando ingresos y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.










